Cómo elaborar una ensalada saludable

Si alguien desea alimentarse de manera más saludable, le conviene aumentar la cantidad de alimentos crudos en la dieta diaria, especialmente frutas y verduras.

Los alimentos crudos poseen una serie de características y propiedades de las que carecen, por completo, los alimentos cocinados. Los alimentos crudos, por ejemplo, son ricos en agua de una alta calidad biológica (mejor que la de cualquier manantial), en vitaminas y minerales vivos, en aminoácidos, en enzimas (ayudan a hacer la digestión), y, en general, en nutrientes muy fácilmente asimilables, así como en fibra (favorece la evacuación). Los alimentos crudos cumplen tres funciones esenciales que sólo pueden desempeñar ellos: limpiar, regenerar y nutrir. Y existen dos maneras muy prácticas y sencillas de tomar alimentos crudos: a través de las frutas y mediante las ensaladas.



Para que una ensalada sea saludable debe prepararse de la siguiente manera:

(Nota: si lo que deseamos es una ensalada que limpie, regenere y nutra, es decir, que sea 100% saludable y curativa, deberá elaborarse sólo con vegetales).

- elaborarla con no más de 5 ingredientes (una ensalada elaborada con muchos ingredientes y muy dispares puede llegar a ser una verdadera bomba para el estómago),
- sin limón ni vinagre (de no ser que se coma sola o que el plato principal de la comida sea aguacate),
- aliñarla con una cantidad moderada de aceite virgen (el exceso de aceite en la ensalada no tiene nada de saludable),
- sazonarla con sal marina natural, y, si se desea, con algunas hierbas aromáticas (tomillo, romero, ajedrea, pebrella, hierbabuena, eneldo, etc.).
- También se pueden añadir generosas cantidades de perejil (el perejil no deben comerlo las mujeres que deseen quedarse embarazadas o que ya lo estén).



Tipos de verduras que se pueden añadir a las ensaladas: lechuga (romana, francesa, trocadero, iceberg), lollo, hoja de roble, endibias, berros, canónigos, diente de león, achicoria, rábanos, apio, hinojo, cebolla, ajo, ajo tierno, puerro, col (verde, blanca, morada, coliflor, brócoli -mejor cocinadas-), zanahoria, remolacha, apio, perejil, calabacín, etc.

Mejor evitar en las ensaladas:

- mucha cantidad de frutos secos,
- mezclar dulce con salado,
- exceso de aceite.

Añadir que las ensaladas de alimentos concentrados, como cereales (arroz, cuscús, mijo, quinoa, etc.), patata, pasta, huevo, pescado, carne o pollo ya son de por sí un plato nutritivo en toda regla, por lo que no conviene mezclarlo con otros alimentos concentrados en el mismo menú (sobre todo quienes desean perder peso).

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