Ha llegado el momento de que os hable de la que se ha erigido en el símbolo de mi actividad profesional, pues se encuentra impresa en mis tarjetas, en el membrete de mis folios o formando parte del propio logotipo de Saliment. Me refiero, claro está, a la manzana.Esta maravillosa fruta es rica en:
- vitaminas (A, B, C),
- minerales (calcio, hierro, magnesio, nitrógeno, fósforo, sodio y potasio),
- aminoácidos (cisteína, glicina, arginina, histidina, isoleucina, serina, valina y metionina),
- azúcares (fructosa, glucosa y sacarosa),
- ácidos (glutamínico, linoleico, málico, oleico, palmítico y cafeico).
- fibra.
También posee reconocidas propiedades medicinales. Por ejemplo:
- antianémica,
- antiartrítica,
- anticatarral,
- antidiarreica (mejor rallada con zumo de limón),
- antirreumática,
- antiséptica,
- antiulcerosa,
- antiviral,
- ayuda a corregir el insomnio,
- blanqueadora de los dientes (por su contenido en ácido oxálico) y estimulante del las encías,
- depurativa,
- digestiva y estomacal,
- diurética,
- equilibrante del sistema nervioso,
- estimulante y descongestionante del hígado,
- favorece el crecimiento infantil,
- febrífuga,
- fortalece el sistema inmunitario,
- ligeramente laxante,
- mejora la astenia y las afecciones del sistema nervioso,
- muy bien tolerada por los diabéticos,
- reduce el colesterol (gracias, sobre todo, a la pectina),
- rejuvenecedora,
- tonificante muscular...
Según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la manzana permite también reducir el riesgo de cáncer (debido a la acción de la catequina y de la quercetina), hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Sus compuestos bioactivos, tales como los elementos fenólicos (flavonoides), pueden contribuir a reducir el riesgo de cáncer de pulmón hasta un 50%. Además, la manzana posee propiedades antioxidantes, gracias a su alto contenido en fibra y vitamina C.
Es, además, la única fruta que se presta a ser cocinada sin que esto la convierta en un alimento perjudicial para la salud (acidificante), tal como le suecede al resto de frutas cuando se cuecen.
Pero las que quizá sean menos conocidas sean sus propiedades para equilibrar la mente y las emociones, pues la manzana ayuda a diluir:
- la sensación de impureza mental o física,
- la obsesión por la limpieza, la meticulosidad y el orden;
- las propias imperfecciones físicas que generan rechazo, asco y vergüenza en el individuo;
- la hipocondria,
- la falta de autoestima,
- el malestar remanente tras una agresión sexual,
- el temor a no ser querido o aceptado por sentirse sucio, infectado o contaminado.
Para beneficiarse de todas las propiedades de la manzana es conveniente comerla masticando muy bien la piel pero evitando tragar ésta (pues si se hace, tenderá a fermentar y a producir flatulencias).
En síntesis: de entre todos los alimentos más comunes, la manzana es la limpiadora, la depurativa y la regeneradora por excelencia. Y, sobre todo, y por encima de todo, la gran equilibradora.
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El puré de manzana con kiwi y jengibre (batidos) es uno de mis desayunos preferidos. Limpia el organismo, lo regenera, le da mucha energía y es altamente nutritivo.
El licuado de manzana (2 medianas), zanahoria (1) y un tallo de apio (sin las hojas) es uno de los zumos más depurativos y deliciosos que conozco.
El licuado de manzana (2 ó 3 medianas) con espinacas (un puñado) es uno de los remedios más eficaces que conozco para combatir el estreñimiento, para regenerar los intestinos y para corregir sus anomalías.
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