Visión y medicina holísticas

Para entender bien lo que es la medicina holística, primero hay que entender lo que es la visión holística de la realidad. Lo ilustraré con unos ejemplos:

Si queremos evitar un accidente y estrellarnos cuando circulamos al volante de un automóvil, conviene estar atentos a la velocidad, al estado de la calzada, soslayar los socavones, tener en cuenta los semáforos, los otros vehículos que nos rodean en nuestra trayectoria y la distancia que nos separa de ellos, las señales de tráfico, los límites de nuestro carril, mirar cuando corresponda por el espejo retrovisor, llevar puesto el cinturón, etcétera, etcétera. Es decir, hay que tener en cuenta, no ya uno, dos o tres factores sino todo el conjunto. Y de ese conjunto de factores son importantes todos ellos, pues el descuidarnos y olvidarnos de alguno podría acarrearnos graves consecuencias.

Por la misma regla de tres, cuando valoramos a una persona, es mejor tener en cuenta, no sólo lo que ésta dice en una determinada ocasión, y no sólo lo que hace o deja de hacer en un momento dado. Al fin y al cabo, las personas somos un sumatorio: un conjunto formado por todas y cada una de nuestras circunstancias, actos y pensamientos.

Este modo de ver la realidad se puede extrapolar a todos y cada uno de los ámbitos de la vida. Y en virtud de este enfoque holístico, la bondad o la perversión del gobierno de una nación, por ejemplo, vendrá dada por el conjunto de las decisiones que aquél tome y por la globalidad de los actos que lleve a cabo, pero no por una pequeña parte de éstos.

Del mismo modo, una casa no deja de ser hermosa porque tenga polvo, o porque una puerta no cierre bien, porque gotee uno de los grifos del baño o porque haya una grieta en una pared. Como una ciudad nos resulta agradable para vivir, dependiendo de un conjunto de características, no sólo de si posee un clima benigno, o si dispone de muchos cines. E, igualmente, cuando compramos un coche, solemos hacerlo teniendo en cuenta un conjunto de cualidades y de prestaciones: estética, potencia, consumo, flexibilidad de uso, habitabilidad, confort, etcétera. En definitiva: adoptando un criterio holístico.

La medicina holística, de idéntica forma, ve al paciente, no ya como un hígado inflamado, unos riñones con piedras o una sangre invadida por un virus. La medicina holística es, antes bien, la expresión y el reflejo de la propia visión holística que el médico o el terapeuta posee, el cual ve al paciente como un conjunto, como una suma, como un todo. Una medicina cuyo objetivo es devolver la armonía al todo, no sólo a una de las partes; ya que si se le devuelve la armonía al todo, las partes, a su vez, también recuperarán la armonía.

Además, el médico o el terapeuta que ejerce la medicina con esta visión holística siempre recaba suficiente información de las circunstancias en las que se ha gestado la enfermedad. Por eso tiene en cuenta, por ejemplo, qué tal le va en el trabajo al paciente, cómo fluyen sus relaciones interpersonales (familiares, pareja, amigos), en qué condiciones se encuentra su universo psicoemocional y qué estaba sucediendo en su vida cuando empezaron a manifestarse los primeros síntomas.

En síntesis: que la visión holística nos sumerge en la globalidad de aquello que observamos, contraponiéndose a la visión parcial de la realidad, la cual sólo tiene en cuenta uno o unos cuantos factores.

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