La importancia de la masticación

De todo cuanto he aprendido a lo largo de dieciséis años dedicado a la alimentación, la importancia de masticar muy bien los alimentos, es, sin duda, una de las tres cosas más importantes. Es algo IMPRESCINDIBLE para disfrutar de buena salud y para sacarle el jugo a la vida.

Los carnívoros, las aves, los reptiles y los peces poseen un cuerpo, un organismo y una dentadura capaces de engullir a sus presas sin masticar. Se lo pueden permitir. Pero ese no es nuestro caso.

Nosotros, por ejemplo, podemos desencajar la mandíbula y moverla de un lado a otro. Además, poseemos molares con las aristas redondeadas, lo que les permite deslizarse a unos sobre otros para triturar los alimentos. Hemos evolucionado para masticar, no para engullir.

No masticar bien los alimentos implica:

- No usar suficientemente la dentadura, con lo que tenderán a caerse (por muy bien que se cepillen) los dientes y las muelas con el paso del tiempo (la falta de uso de un órgano o de una parte del cuerpo conduce a su atrofia o a su pérdida).
- Que el estómago tenga que generar ácidos muy concentrados para poder disolver los trozos de comida (lo que rara vez suecede). Una condición, que, de repetirse a diario, acarreará una acidificación de la sangre y otros líquidos corporales. Una anomalía que el organismo compensará echando mano de un mineral altamente alcalinizante: el calcio. Mineral cuyas reservas principales se encuentran en los huesos y en los dientes. Así que con el tiempo podrán acontecer determinadas enfermedades asociadas a la pérdida de este mineral (osteoporosis, caries, etc.).
- Que el organismo tenga que gastar mucha energía y recursos en la digestión (el proceso fisiológico que más energía requiere), por lo que ello podría ocasionar cansancio y agotamiento.
- No extraer los nutrientes que contienen dichos alimentos (sólo los que se encuentran disueltos en un medio acuoso pueden ser absorbidos por las paredes del intestino), lo que redundará en deficiencias o carencias nutricionales.
- Engordar
(quien tenga tendencia a ello).
- No sacarle todo el jugo a la vida (alimento es todo cuanto vivimos), lo que es imprescindible para aprender y que no se nos repitan una y otra vez determinadas vivencias (muchas veces, cuando no se mastica bien un alimento, repite).

Luego, masticando bien los alimentos contribuiremos a:

- fortalecer la dentadura, evitando pérdidas dentales;
- mantener el pH ligeramente alcalino de la sangre (necesario para mantener el equilibrio químico y orgánico),
- ahorrar energía y recursos fisiológicos,
- mantenernos en un peso adecuado,
- aprovechar todos los nutrientes que contienen los alimentos y asimilarlos,
- sacarle todo el jugo a los distintas vivencias que experimentemos en el día a día, aprendiendo más y evitando, por consiguiente, que ciertas asignaturas se nos repitan una y otra vez.

Por consiguiente, os recomiendo comer pausadamente y masticando muy bien los alimentos. Es decir, lo que llegue a vuestros estómagos debería ser algo semejante a una papilla como la que toman los bebés.

Me viene a la memoria un proverbio hindú que resume perfectamente mi intención al escribir este artículo: Bebe tu comida y mastica tu bebida.

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