Bebidas naturales contra la sed y el calor

Es posible que os haya sucedido en más de una ocasión: que estáis sedientos a más no poder y que entonces echáis mano de alguna bebida refrescante, de ésas que salen por la tele. Os bebéis un botellín o un bote de refresco, y, al cabo del rato, ¡tenéis más sed! ¿Cómo es posible?, os preguntáis entonces.

Algunas de esas bebidas son enormemente acidificantes de la sangre, y como la acidosis (estado en el cual la sangre se vuelve más o menos ácida en vez de estar ligeramente alcalina, que es lo propio) es una condición anómala y potencialmente dañina para el organismo, el cuerpo trata de compensarla reteniendo líquidos (agua, sobre todo) y recurriendo a un mineral alcalinizante, como el calcio (que se encuentra, sobre todo, en huesos y dientes). Con lo cual, aumenta la sed. Porque cuando hay sed, el cuerpo necesita agua, pero también minerales que pueda asimilar fácilmente.

Hoy voy a compartir con vosotros cuatro bebidas completamente naturales, y a cual mejor, a la hora de combatir la sed y el calor. Cuatro bebidas muy ad hoc para el momento del año en que nos encontramos.

1) Batido de melón y manzana. Sacad un melón del frigorífico, cortadlo a trozos y a partes iguales con manzana (pelada). Entonces lo batís todo junto en la batidora, de modo que la resultante quede fina y homogénea. Y si vais a la playa o al campo, para que se mantenga fresco, podéis guardarlo en un termo (sirven para conservar tanto el calor como el frío; os recomiendo los de la marca Valira).

2) Licuado de manzana, zanahoria y un tallo (sin hojas) de apio. A razón de 2/3 de zanahoria y 1/3 de manzana. No se puede guardar en un termo o en un recipiente porque se oxidaría enseguida. Hay que tomarlo en el acto (pero despacio, paladeándolo). Es ideal para bajar la temperatura corporal y para desintoxicar el organismo.

3) Limonada. En una jarra de litro exprimís 2 ó 3 limones. Luego añadís sirope de arce, de ágave (Allos) o de manzana (versión líquida de Cal Valls). Se puede conservar unas horas (el limón es particularmente antioxidante).

4) Malta (os sugiero la de la marca Soria Natural). La preparáis exactamente igual que si fuera café: en una cafetera o a modo de infusión. Luego le añadís azúcar panela y a enfriar.

¿Por qué son tan eficaces?

Porque estas bebidas poseen una gran cantidad de minerales orgánicos (vivos), que nuestro organismo reconoce y asimila rápida y fácilmente, compensando aquéllos que se van perdiendo con la transpiración y el sudor.

En todo caso, como yo suelo decir, lo mejor para convencerse de la validez de algo es experimentarlo en primera persona. Así que ya me contaréis.


Nota importante: los zumos de licuadora conviene tomarlos siempre en el acto (para evitar la oxidación y la degradación de sus componentes) y paladeándolos pausadamente. El tomar un zumo de este tipo demasiado rápido (como si fuera agua) puede provocar gases y dolores de estómago o abdominales.

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