Pitas: el límite está en la imaginación.

No hay excusa para no comer saludablemente; incluso cuando el tiempo escasea. O cuando, sencillamente, uno se siente demasiado cansado como para ponerse a cocinar. Recursos hay a miles.

¿Os apetece una comida/cena que sea rápida de preparar y, además, cien por cien saludable? Pues ahora veréis lo que yo me preparé hace un par de días.

Tomad unas verduras, como por ejemplo: tomate bien maduro y pelado, hojas de remolacha tiernas (las más pequeñas, mejor) y de rábano (se pueden comer crudas y cocinadas), rábanos (de ésos que tanto nos importan), un poco de jengibre rallado, aguacate, aceite (de la semilla que prefiráis), sal de hierbas, cominos (éstos también nos importan mucho) y un poco de cardamomo en polvo. Lo cortáis todo en trozos (rodajas, dados, tiras...), lo aliñáis... y lo introducís dentro de unas pitas ecológicas; por ejemplo, las de Molino del Villar (hechas con harina de trigo 100%, agua de manatial, levadura madre y sal atlántica). Podéis añadirle una salsa de yogur de soja, con un poco de aceite, hierbabuena y sal... y a disfrutar. Rápido, sencillo, barato y saludable.



Por supuesto, podéis rellenar las pitas de lo que os apetezca: una tortilla de verduras, pescado a la plancha... aunque las patatas hervidas con ensalada también resultan muy agradables. Pero si tenéis sobrepeso, lo mejor sería que las rellenarais sólo de verduras (ya sean crudas o cocinadas). Y si os apetece una versión de pita dulce, os sugiero unos dados de manzana pelada regados con sirope de manzana, de arce o de ágave.

Cuestión de echarle imaginación.
-------
Estas pitas las encontaréis en ecomercados, en asociaciones de consumidores de productos ecológicos y en herboristerías.
-------
Pitas cedidas amablemente por el ecomercado Ecorganic.

Comentarios