Efectos psicoemocionales de algunos alimentos

Cuando se habla de las propiedades de los alimentos, a menudo, se piensa en las propiedades físicas que éstos poseen (astringentes, emolientes, refrescantes, hidratantes, hepático-depurativos, ricos en determinadas vitaminas o minerales, etc.), pero los alimentos albergan, asimismo, otras propiedades que repercuten sobre la mente y las emociones. Es por ello que pueden utilizarse de forma terapéutica: con vistas a corregir desórdenes o inarmonías en el ser humano.

Analicemos algunos de estos beneficiosos efectos (que tenderán a darse, sobre todo, en los alimentos que se puedan consumir crudos) en algunos de los alimentos de consumo más habitual, y, también, los posibles inconvenientes.

- AJO. Ayuda a combatir el miedo y la inseguridad (recordemos que es un excelente favorecedor de la circulación, y una buena circulación sanguínea genera una adecuada fluidez en la vida), los cuales, frenan, o conducen a la inmovilidad. Aunque, por ser un acelerador de la circulación, puede llevar a algunos individuos a precipitarse (a la hora de decidir, por ejemplo), o a correr demasiado (impaciencia).
- ALMENDRA. Aporta alegría, vitalidad (como la visión de los almendros en primavera) y juventud. Ayudará a quien (independientemente de su edad) tema envejecer, o al anciano ya desvitalizado. Tengamos en cuenta que la almendra (cruda) es el único fruto seco alcalinizante de la sangre, y que el hecho de que la sangre esté ligeramente alcalina (tal como le corresponde) será decisivo para mantener el organismo saludable y joven.
- CALABACÍN. Estimula y desarrolla la creatividad femenina y diluye la frustración y la cólera. Ayudará a la embarazada a disfrutar de una gestación armónica (el calabacín regula el flujo menstrual -por cuanto que equilibra las hormonas- y ayuda a eliminar toxinas).
- CEBOLLA. Fijémonos que para llegar al corazón de la cebolla es necesario pelar varias capas... y hay que llorar mucho. Por eso la cebolla ayudará a quien desee liberarse de esas capas (escudos, caparazones) que le impiden expresar sus emociones, y que se generan, inconscientemente, cuando el individuo ha experimentado dolor o sufrimiento traumáticos en el pasado. También ayudará a liberar emociones retenidas (cuando uno pela o come cebollas -crudas-, la mucosidad -que contiene toxinas- se fluidifica y sale al exterior).
- GIRASOL. La mayoría de las plantas, conforme crecen, se van aligerando y estilizando en la parte superior. Pero la flor de girasol crece y se desarrolla conservando un gran peso, lo que provoca que, aunque mire en dirección al Sol, se curve hacia abajo. Lo que se corresponde con las personas que crecen y que en su anatomía se observan unos hombros cargados o una curvatura en la espalda (a veces, giba) que les echa hacia delante. Es el exceso de ego que se da en muchos individuos cuyo padre (o la madre haciendo el rol paterno) les ha dominado, por lo que necesitan afirmarse a sí mismos. Para tal efecto viene bien mirar al Sol, porque su calor ablanda el corazón, y porque la luz alumbra y permite ver cuál es el mejor camino para seguir (obviamente, el de la armonía).
- GRANADA. La menstruación es algo que caracteriza a la mujer y un símbolo de su feminidad, y si acontece armoniosamente (y sin dolor) nos hablará de una mujer cuya feminidad se encuentra mayormente equilibrada. Porque la granada, al abrirse, recuerda a una menstruación, pero, eso sí, fresca y fluida. Lo que se corresponde con una feminidad, igualmente, fresca y fluida. Por tanto, será recomendable para aquellas mujeres que rechacen su feminidad o que necesiten encontrar su identidad femenina. Así como para hombres que tengan su lado femenino muy dormido (falta de expresión amorosa, de sensibilidad o de delicadeza para con los demás).
- LIMÓN. El limonero desprende un aroma intenso y penetrante, y su fruto es un gran depurativo y quemagrasas (las grasa os lo opuesto a lo fluido, porque suele ser densa y a menudo pegajosa). Por eso, el limón ayuda a depurarnos de toxinas y pensamientos e ideas excesivamente grasientos, aclarándonos la mente, dinamizándonos y revigorizándonos (ideal para quienes realizan trabajos intelectuales y para estudiantes).
- MAÍZ. El maíz es una planta que ha evolucionado de tal manera que depende por completo de las personas para su desarrollo y posterior perpetuación como especie. Personas, seres humanos, que se sitúan entre dos ejes evolutivos: uno vertical (cielo-tierra) y otro horizontal (que le relaciona con los demás). Así pues, el maíz ayuda a equilibrar estos dos ejes fundamentales de la vida, propiciando el amor y el respeto por el mundo (todo aquello que se manifiesta entre el cielo y la tierra) y por sus seres (nuestros semejantes).
- PIMIENTO. Normalmente, de un intenso color rojo (cuando está maduro), y parecido (si lo colocamos al revés, a una llama de fuego. Un conjunto visual que sugiere la idea de dinamismo, de acción, de movimiento y de estímulo. Una planta cuyo fruto nos ayudará a experimentar el empuje, la motivación, la transformación. Ideal, por consiguiente, para el desmotivado, el inmovilizado (estancado), el abúlico o el apático.
- SANDÍA. De efectos parecidos a la granada, pero en particular para las mujeres embarazadas que buscan un parto lo más armonioso posible.

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