50 cosas que ayudan a ser más feliz

La que sigue es una relación de cincuenta cosas que, al ponerlas en práctica, os aportarán salud, equilibrio y armonía. Todas ellas, como imaginaréis, están comprobadas a través de mi propia experiencia.

1) Dormir con la cabeza orientada al norte. Al estar alineados con el eje de la Tierra y con sus campos magnéticos el sueño es más profundo y se descansa mejor.
2) No reprimir los estornudos. Se liberan toxinas a través de ellos.
3) Utilizar un sistema de manos libres con cable para hablar por el móvil. Evitaréis tener cerca una fuente de potente radiación.
4) Hacer sauna de vez en cuando (de no ser que esté contraindicado). Es un modo excelente de purificar el cuerpo.
5) Respirar profundamente. Alcaliniza la sangre.
6) Tomar el Sol cuando esté próximo al horizonte. Estimula la producción de endorfinas (hormonas del bienestar) en el organismo y aporta fuerza y equilibrio.
7) Llorar (si surgen ganas) sin marcarse límites. Porque si una parte del malestar se queda dentro, luego se pudre y termina envenenando.
8) Expresar lo que uno/a lleva dentro. Reprimir lo que somos genera conflictos y enfermedades.
9) Ser creativo en vez de imitativo. Porque al serlo nos convertimos en los principales artífices de nuestra vida.
10) Besar, acariciar y abrazar. Pocas cosas dan más gozo.
11) Acostarse antes de las 12 de la noche. Cada hora dormida antes de las 12 cuenta como dos.
12) Cenar de forma ligera. Ya lo dice el refrán: De grandes cenas están las sepulturas llenas.
13) Practicar el sentido del humor. Hacer reír a los demás y saber reírse de uno mismo.
14) Apagar el fuego con agua, no con más fuego. Es de sentido común.
15) Vestir con prendas de fibras naturales. Se sienten más agradables al tacto y no generan electricidad estática (la cual, provoca sensación de malestar y desequilibra el organismo).
16) Apagar la tele y hacer algo agradable (el amor, leer, pasear, jugar, escuchar música, etc.). Porque cuando vemos la tele nos convertimos en meros espectadores de la vida. Es más gratificante ser participantes.
17) Comer sin prisas, con los cinco sentidos y serenamente. El modo en que comemos es un símbolo poderoso que se corresponde de forma muy precisa con nuestra manera de vivir.
18) Jugar con niños. Es divertido y una forma de despertar el niño que llevamos dentro.
19) Ser sincero/a. Evita conflictos internos y externos y es una expresión de armonía y de valentía.
20) Amar, en vez de querer. Cuando amamos no buscamos recibir nada a cambio; cuando queremos, sí.
21) Contribuir a la armonía de nuestro entorno. Todos/as somos parte de un todo mayor que nos engloba. Por tanto, la armonía de ese todo también será la nuestra.
22) Escuchar a quienes no piensan o sienten como nosotros/as. Puede ayudarnos a conocer otras perspectivas de la realidad y de nosotros mismos.
23) Nadar. Un ejercicio muy completo, saludable y en el que no se suda.
24) Compartir comidas con amigos/as en las que lo menos importante sea la comida. Más importantes son las personas.
25) Tender al más que al no. Pero saber decir no; porque, a veces, el no saber decir no puede perjudicarnos o mermar nuestra autoestima.
26) Procurar mantener limpio y ordenado nuestro espacio. Éste es el reflejo de lo que somos, y nosotros/as, a su vez, un fiel reflejo de él.
28) Tener más en cuenta al corazón que a la mente. La intuición es más certera que la deducción.
29) Bailar. Un modo divertido de expresarnos, de relacionarnos con otras personas, de hacer ejercicio y de liberar al cuerpo de tensiones.
30) Despertar el entusiasmo en los demás. Es uno de los mayores poderes con que contamos los seres humanos.
31) Recrearse con la belleza (un paisaje, una canción, una persona...). Contemplar la belleza y alimentarse de ella nos embellece.
32) Al mirar a los demás, focalizar la atención en lo que nos une a ellos/as, en vez de en lo que nos separa. El amor une a las personas, el ego las divide.
33) Ventilar la casa todos los días. Contribuye a oxigenarla, a renovar el aire viciado y a refrescar nuestras vidas.
34) Dialogar. Un importante desafío para la comunicación humana. Y uno de los principales requisitos para acabar con las guerras en el mundo.
33) Agradecer los sinsabores de la vida. Porque también nos hacen crecer.
34) Ser humilde. La humildad es el mejor antídoto contra el orgullo (una de las peores enfermedades que puede padecer el ser humano).
35) Beber agua lo más pura posible. Somos agua en un 60%. ¿Qué mejor argumento que éste?
36) Vivir con la convicción de que todo es posible. Porque lo que creemos termina convirtiéndose en la realidad que vivimos.
37) Evitar, siempre que se pueda, sufrimiento y dolor a los seres vivos. Algo que nos humaniza y dignifica a las personas.
38) Hacer estiramientos. Parecidos a los que realizamos cuando nos desperezamos. Relajan la musculatura, desentumecen y alivian y previenen tensiones.
39) Entregarse a un trabajo que pagaríamos por hacer. Al menos, intentarlo, abriendo la mente a ello. Porque el trabajo puede ser una fuente de felicidad o bien algo que nos mate lentamente. Y es seguro que todos y cada uno de nosotros estamos especialmente dotados para realizar una determinada actividad profesional de forma excelente y placentera.
40) Cultivar el pensamiento positivo en cada momento y ocasión. Porque nuestra mente es un potente imán que tiende a atraer (más tarde o más temprano) lo que tenemos dentro de ella.
41) Comer siempre con hambre y beber con sed. Porque el alimento que se come sin hambre se vuelve tóxico en el organismo, y el agua que se bebe sin sed lo encharca.
42) Procurar entrar en contacto directo con la Naturaleza, al menos, de vez en cuando. Porque ella es nuestra Gran Madre, y la necesitamos cerca y en estado puro para mantener nuestra armonía y nuestro bienestar.
43) Caminar descalzo por la playa. La arena de la playa es el mejor reflexoterapeuta que existe.
44) Tomar la Luna (del mismo modo que se toma el Sol) de vez en cuando. Ayuda a desarrollar y a potenciar nuestro lado femenino (que poseen tanto hombres como mujeres), es decir, esa parte de nosotros que tiene que ver con la comprensión, el respeto, la tolerancia, la dulzura, la solidaridad, etc. (En contraposición al lado masculino -la fuerza, la lucha, el valor, la resistencia-, que potencia el Sol).
45) No exigirse demasiado. No siempre hay que hacerlo todo perfecta e impecablemente, esforzándonos al máximo por alcanzar la excelencia. Eso gasta mucha energía. Además, si nos exigimos demasiado, tenderemos a exigir demasiado a los demás.
46) Reflexionar periódicamente. Consiste en pararse de vez en cuando y observar cómo estamos, tratando de buscar fórmulas y caminos para sentirnos mejor; por ejemplo, desarrollando la sencillez.
47) Trascender en nuestras vidas el binomio del bien y del mal. Porque, en realidad, nada es bueno ni malo; todo es mejorable.
48) Evitar preocuparse. Mejor ocuparse de lo que más convenga en cada momento y dejar a un lado aquello que no nos aporte armonía.
49) Realizar actividades que nos llenen. Un modo muy eficaz de ir experimentando la vida en plenitud.
50) Visitar un par de veces por semana www.saliment.net ¿Hace falta que os dé motivos para ello?

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