Las primeras "ciudades verdes" y las "ciudades en transición"

Ha estado lloviendo un par de días en Valencia y millones de litros de agua (de alta calidad) han ido a parar a las alcantarillas. En las grandes avenidas que recorren la urbe es permanente e intenso el ruido del tráfico rodado. Los residuos y las bausras que genera el área metropolitana se cuentan por miles de toneladas a diario y los vertederos que las acogen son lugares pestilentes e infectos que ocupan cientos de hectáreas. Si no fuera por el jardín del río Turia y por el mar, que lo tenemos al lado, la vida en esta ciudad resultaría asfixiante. Y Valencia no es un caso aislado.

Afortunadamente, una nueva conciencia está emergiendo. Una conciencia global que es la suma de muchas conciencias individuales. Seres humanos, en definitiva, que nos damos cuenta de lo mejorable de esta situación y que ya estamos trabajando, cada uno desde su ámbito y con sus habilidades, para hacer de este un mundo mejor en el que vivir. Y cada vez somos más.

Ante la oscura perspectiva que sugiere el cambio climático y el agotamiento de las reservas de petróleo (expertos señalan el año 2010 como el momento en que comenzará un declive irreversible) se hace necesario arrojar luz sobre esta cuestión planteando e implementando nuevas políticas económicas, sociales y medioambientales. A este respecto, las ciudades ecológicas, sostenibles y solidarias no constituyen una utopía. Ya están aquí. Y nacen de aunar voluntades y de la fructífera sinergia que se crea entre ciudadanos, políticos, empresarios y organizaciones. Ejemplo de ello: la SymbioCity en Hammarby Sjostad, Suecia; o Masdar, en Abu Dhabi, Emiratos Árabes (nada más y nada menos). Clicando aquí podréis leer un interesantísimo artículo de El País sobre este tema (con todo lujo de detalles).

(Fuente: Consumer.es) Algunos expertos hablan ya de un movimiento, no organizado, de "ciudades verdes" en todo el mundo. En todas ellas hay un común denominador: tanto sus instituciones como sus ciudadanos son conscientes de que priorizar criterios medioambientales en la vivienda, el transporte, la producción de bienes y servicios o la gestión de los residuos no sólo mejora la calidad de vida, sino que también permite hacer frente a los grandes desafíos ecológicos de la humanidad, como el cambio climático o la energía.

En suma: un mundo mejor, más ecológico, solidario y armonioso es posible. La sola idea de algo así resulta tentadora, excitante y llena de maravillosas posibilidades. Pero hace falta que todos/as sumemos ideas, voluntades y que trabajemos juntos/as para lograrlo. Porque en este caso, más que nunca, la unión hará la fuerza.

Comentarios