Muchos médicos y enfermeras, y cada vez más ciudadanos/as, se niegan rotundamente a vacunarse contra la Gripe A.

En el vídeo que sigue a continuación, podemos escuchar al doctor José Ramón Yuste, responsable del Área de Enfermedades Infecciosas del Departamento de Medicina Interna de la Clínica Universidad de Navarra (la más prestigiosa de España), a todas luces una persona muy autorizada para tal efecto, respondiendo a una serie de preguntas sobre la Gripe A.



Mi análisis de su intervención:

- En ningún momento alza la voz de alarma sobre dicha afección ni, tampoco, recalca la necesidad de vacunarse.
- No subraya ninguna diferencia especial respecto de cualquier otra gripe común estacional, simplemente dice que ésta es más contagiosa, pero en ningún caso más virulenta que las demás.
- En modo alguno esgrime un argumento sólido y contundente que justifique las medidas que están implementando los gobiernos nacionales, y en particular los europeos, en relación con el tremendo gasto económico en publicidad informativa y profiláctica, en vacunas y en todo el complejo aparataje sociosanitario que rodea a esta mal llamada pandemia.
- Muy interesante fijarse en este detalle. En un momento dado dice (refiriéndose al virus de la Gripe A): un nuevo virus que es consecuencia de la "reordenación genética" (le falta añadir deliberada) de cuatro cepas virales: una cepa porcina americana, una cepa porcina eurasiática, una cepa aviar y una cepa humana. Pero lo que no dice es que para lograr esa reordenación genética en tan poco tiempo hacen falta medios y condiciones de laboratorio, lo que necesariamente implica mala fe y oscuras intenciones por parte de los científicos que la llevan a cabo.
- En síntesis: dentro de lo que podríamos considerar una postura moderadamente oficialista, el interviniente se muestra muy comedido respecto de sus valoraciones sobre la Gripe A, contraponiéndose a los gritos de alarma que, por ejemplo, vocifera la ONU (mediante sus decretos).

Este otro vídeo (aunque dura 54 minutos, vale la pena que lo veáis hasta el final) ha dado la vuelta por toda España (seguramente, muchos de vosotros ya lo habéis visto), acaso porque su locutora, una monja benedictina y médica especialista en salud pública, la doctora Forcades, se expresa con impecable elocuencia y con una claridad, una seguridad, y, sobre todo, una ecuanimidad, absolutamente desacostumbradas, aportando una larga serie de referencias científicas, recomendando la no vacunación (por los grandes peligros que entraña) y defendiendo al final del mismo (de forma muy aséptica y comedida, desapasionadamente) la idea de que es una conspiración lo que hay detrás de todo este asunto, un auténtico y verdadero intento de genocidio a escala planetaria perpetrado por el Gobierno Mundial a la sombra (conformado por una entidad tan real y concreta como la élite del Grupo Bilderberg -nótese que digo la élite de este grupo, no necesariamente todos y cada uno de sus miembros, muchos de los cuales, aparte de ser ocasionales, podrían desconocer, y no sentirse alineados, con los torcidos planes del subgrupo que conforma la cúpula y que toma las decisiones importantes-).



Y en el siguiente podéis ver una manifestación de trabajadores de la salud norteamericanos en la que se muestran en contra de la obligatoriedad de la vacuna.



Sin embargo, a esa élite abyecta, que con indescriptible prepotencia y una pretendida autoridad moral trata de regir los destinos de La Humanidad, se le escapa un detalle, y es que el pueblo cuenta con un medio muy poderoso: Internet. Sobre todo, para informarse de la verdad, para compartirla, y para, llegado el momento (tal como sucedió en su día con el masivo movimiento internacional del No a la guerra), unirnos todos, alzando nuestra voz y nuestro poder colectivo, para defendernos de esta pandemia (ésta sí que lo es) de miedo y de interesada dominación que, como digo, una pequeña pero poderosísima oligarquía
pretende extender por todo el mundo (ayudada por los lacayos de la ONU, por muchos gobernantes pusilánimes y/o corruptos y por gran número de empresas multinacionales, farmacéuticas sobre todo, carentes del mínimo escrúpulo -las cuales, por de pronto, ya están haciendo el agosto con la venta de sus productos y servicios, y cuyas acciones han subido como la espuma en los últimos meses-) .

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