Medias verdades=mentiras

El otro día iba por la calle y vi un cartel publicitario protagonizado por una famosa presentadora de televisión (¿ahora resulta que un/a presentador/a de televisión, por el hecho de ser famoso, tiene autoridad para hablar de nutrición?) que decía que cierto comestible muy usado en los desayunos y que se unta sobre el pan era bueno. Entonces pensé: Dios mío, lo dicen y se quedan tan anchos. Qué desfachatez. Pero si incluso muchas autoridades sanitarias (la propia OMS, por ejemplo) ya han reconocido que ese comestible es perjudicial para la salud.

Yo comprendo que la crisis lleve a muchas empresas a replantearse nuevas estrategias de márquetin para poder sobrevivir, pero de ahí a contar mentiras... y sobre todo si esas mentiras redundan en un perjuicio para la salud... Vamos, que me parece deleznable.

No obstante, todo tiene su lado positivo, así que el anuncio de marras me ha inspirado este jugoso artículo en Saliment. Mi propósito hoy es poner en tela de juicio algunas de las medias verdades (una media verdad también es una mentira) que se cuentan a los consumidores para incrementar las ventas de determinados comestibles (comestible es algo que se puede comer; alimento es algo que nutre y da salud).

Quede claro que la parte no es el todo, y que a la hora de valorar un alimento hay que tener en cuenta el conjunto, es decir, si GLOBALMENTE perjudica o beneficia, NO SÓLO si una de sus partes tiene algo de beneficioso. LO QUE CUENTA, INSISTO, ES EL CONJUNTO.

Por ejemplo, CUANDO SE DICE QUE:

- el vino tinto es muy saludable porque contiene un gran número de antioxidantes NO SE DICE QUE el alcohol es una de las sustancias que más perjudica, envejece e intoxica el organismo.
- la margarina es mejor que la mantequilla, porque, supuestamente, produce menos colesterol, NO SE DICE QUE las grasas que contiene, al ser hidrogenadas, pasan de una forma a cis a una forma trans, o sea, un tipo de molécula que no es afín al cuerpo humano, que acidifica la sangre y que a la postre genera más colesterol.
- el azúcar (blanco refinado) es estupendo porque da mucha energía NO SE DICE QUE roba vitaminas, minerales y todo tipo de nutrientes en el organismo, que lo desequilibra y que lo enferma más que ningún otro comestible que se conozca.
- la leche de vaca es buena para los huesos porque contiene mucho calcio NO SE DICE QUE los vuelve porosos y frágiles, al tratarse de un producto desnaturalizado y con un calcio procedente de una especie animal muy diferente a la nuestra (la leche de vaca no se parece en nada a la leche de mujer).

Me acuerdo de la publicidad sobre el tabaco que se hacía antes en televisión. No recuerdo ni un solo anuncio que hablara de las propiedades beneficiosas del tabaco (obviamente, no las tiene). Simplemente, hablaban del placer que producía el fumar, o cómo te podías sentir si lo hacías, etc. Por lo menos, era un enfoque más honesto. Y ahora, por suerte, ya se indica en las cajetillas lo perjudicial que es. Las multinacionales han tenido que rendirse ante las evidencias y ante la enorme presión legislativa, mediática y de la opinión pública.

Ahora me pregunto: ¿cuándo se le dirá la verdad a la gente sobre los comestibles? ¿Cuando surgirán nuevas leyes que obliguen a las multinacionales a ser sinceras y a dejar de vender productos tóxicos que enferman a las personas?

Entretanto, los consumidores tenemos más poder del que imaginamos. Tenemos el poder de elegir. Elegir lo que compramos. Y, de esa forma, apoyar o no a las multinacionales.

Es tan simple como eso.

Comentarios