A propósito de las enfermedades "crónicas"

A lo largo de mi carrera profesional me he encontrado con algunos casos particularmente curiosos en las consultas. Por ejemplo: personas que corrigen actitudes o superan el conflicto que les ha provocado su enfermedad, y, sin embargo, ésta no termina de desaparecer.

Uno de esos casos es el que paso a relataros a continuación:

Una mujer de 27 años, hija de un reputado cirujano. Una persona con una gran fe en los médicos, plenamente justificada, pues su padre, además de serlo, siempre había tratado sus problemas de salud desde pequeña. Es decir, una persona que entiende que lo que dice el médico no admite discusión y que va a misa.

Un día acude al especialista por unos determinados síntomas que empieza a padecer, y éste, después de hacerle algunas pruebas, le diagnostica fibromialgia. En la consulta, con toda su buena voluntad, le dice: Lo siento mucho pero esta es una enfermedad que no tiene solución. Puedo darte medicación para que la lleves mejor, pero te engañaría si te dijera que te vas a curar algún día.

En suma: la referida mujer, con los años, supera el conflicto que le desencadenó la fibromialgia, pero sus síntomas no terminan de desaparecer... porque ella esta superconvencida, sin ninguna duda, de que esa enfermedad no tiene cura. Vamos, que ni se lo cuestiona. Por eso, precisamente, es por lo que termina viviendo una enfermedad crónica.

Aunque parezca algo muy simple (o, incluso, tonto), para curarse (de lo que sea), lo primero, lo imprescindible, es que la persona afectada esté convencida de que se puede curar. Aunque en un primer momento no sepa cómo hacerlo. Insisto: lo primero es creerlo abriendo nuestra mente y nuestro corazón, y luego ya vendrá todo lo demás. Pero si nosotros, de entrada, levantamos en nuestro sendero un ancho muro, si nos creamos un gran obstáculo con la mente, si estamos plenamente convencidos de que la curación no llegará nunca, será prácticamente imposible que nos podamos curar. Es así de simple y de obvio.

En nuestra vida, seguro, nos hemos encontrado en más de una ocasión con personas que no se han conformado con un No por respuesta. Personas que han decidido, con fe y determinación, seguir adelante y luchar para conseguir lo que deseaban. Pues bien, cuando eso que deseas es un bien para ti o para los demás, el Universo, la vida, te apoyan; y ponen en tu camino las herramientas y las personas necesarias para que lo consigas. Doy fe de ello.

Pero lo primero es creerlo; y luego, crearlo.

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