Lo que conviene y no conviene comer cuando uno/a está resfriado/a

Si has pillado un resfriado ya no hay forma de escaparse. Te ha tocado, y es lo que hay. Pero dependiendo de lo que comas a partir de ese momento podrás conseguir sobrellevarlo mejor o peor y que te dure 48 horas o que se prolongue arduamente durante más de 10 días.

Por de pronto, algunos de los síntomas que caracterizan los resfriados son: tos, estornudos, mucosidad, congestión, debilidad y fiebre. Y, por supuesto, existen comestibles que agravan dichos síntomas y alimentos que los atenúan o eliminan. ¿Recordáis lo que dijo Hipócrates hace más de dos mil años? Pues os aseguro que no ha perdido vigencia:

Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento.

Por propia experiencia, te diré qué alimentos no se deberían ver ni en pintura cuando estamos resfriados:

- todo tipo de lácteos (me cuesta imaginar algo peor),
- bollería industrial (pues casi peor que los lácteos),
- pan, arroz o azúcar blanco;
- huevos en cualquiera de sus formas (alimentan la congestión y la mucosidad que ni te imaginas),
- carnes, pescados o embutidos;
- abundante aceite (aunque sea en crudo),
- legumbres, frutos secos o semillas;
- bebidas artificiales,
- cualquier tipo de comestible,
- alimentos preparados con agua del grifo.

Y, por otro lado, alimentos que nos vendrán de perlas:

- fruta y sus zumos (mejor mezclada en forma de puré con jengibre),
- ensaladas de vegetales (si es verano),
- cebolla o ajo (crudos) y limón,
- sopas de verduras (nunca de animales), algas o de miso,
- cremas de verduras,
- patata, boniato o calabaza hervidos;
- sémola de maíz, copos de cebada o quinoa o mijo caldosos con verduras;
- infusiones con miel,
- agua lo más ligera posible (con residuo seco muy bajo o de mineralización muy débil).

¿Y por qué nos sentarán bien estos últimos? Muy fácil, porque nos darán fuerza, nos regenerarán y lo que es más importante: ayudarán al cuerpo en su tarea de eliminación de toxinas.

Otro punto esencial es que esos alimentos beneficiosos (menos las frutas y las ensaladas) sean tomados calientes y en un medio fluido (insisto: algo esencial), como una infusión, una sopa, una crema o una sémola caldosa. La abundancia de líquidos calientes nos ayudará enormemente a salir pronto del bache.

Por lo demás, mucho descanso y tranquilidad. Los resfriados o las gripes requieren que nos cuidemos apropiadamente (autoestima), en vez de seguir imbuidos en la vorágine del estrés o de la ocupación. La enfermedad invita a una parada y a una reflexión (sobre los conflictos a nivel psicoemocional que la han desencadenado).

Ah, y más allá de los inconvenientes e incomodidades que pueda comportar un refriado, siempre constituye una oportunidad magnífica para desembarazarse de muchas toxinas.

A fin de cuentas, todo tiene su lado positivo.

Comentarios