Alimentos poco o nada recomendables cuando hay tos

Algunas personas se acatarran o se agripan y a pesar de que se medican van pasando los días y la tos no se les marcha ni a tiros. Y no se marcha porque, sin darse cuenta, con su alimentación, están contribuyendo a alimentarla.

Los alimentos tusígenos son aquellos que por sus características especiales (grado de viscosidad o de fragmentación/refinado) generan una mucosidad que el cuerpo tenderá a expulsar por las vías aéreas, sobre todo si la persona afectada padece alguna patología (gripe, resfriado, neumonía...) en la que éstas se vean afectadas.

En relación con mi propia experiencia, debidamente contrastada con el tiempo y más personas, puedo enumeraros a continuación algunos de los alimentos y comestibles menos indicados si lo que pretendéis es libraros de una incómoda tos.

- El aceite. Da igual del tipo que sea. También los fritos y los salteados. Nada que objetar, sin embargo, al aguacate (una grasa, sí, pero de baja densidad molecular).
- Todas las harinas (máxime, si son refinadas) y productos elaborados con ellas (pan, pizzas, pasta, galletas, etc.). Nada que objetar a las tortitas de arroz, por ejemplo.
- Todos los lácteos de origen animal. En particular, los más grasos.
- La avena. Da igual cómo (aunque sea integral y ecológica), pues es el cereal más graso que existe.
- El huevo. Comoquiera que sea.
- Los azúcares refinados.
- En general, todo tipo de comestibles y precocinados.
- Alimentos cocinados en microondas (el cuerpo no los reconoce como afines y no los asimila correctamente).

Ahora, lo explicaré de otro modo:

Cuanto más contribuye un menú a agravar la tos, tanto más tiempo hay que dedicar después a fregar los platos en los que se sirvió, ya que, evidentemente, cuesta más de fregar un plato (por cuanto que está más lleno de residuos grasos) donde ha habido huevos fritos con aceite o unos espaguetis con nata (difícil imaginar algo peor para la tos) que un plato donde se ha servido fruta, sopa o crema de verduras.

Tengamos presente, una vez más, el socorrido refrán De lo que se come se cría. Por eso, para haceros una idea de cómo van a sentarle ciertos platos a tu tos, observa las características de los ingredientes que lo conforman. Por ejemplo: una pizza con queso es algo seco (masa) con algo viscoso (queso), lo que provocará elementos viscosos dentro de tu cuerpo (mucosidades, flemas; y éstas, a su vez, tos). Por contra, un zumo de frutas o una crema de verduras con muy poco aceite son dos elementos fluidos, por lo que ayudarán a fluidificar. Y si es invierno, entonces mejor que sea fluido y además caliente.

La tos, para curarse, necesita alimentos puros (cuanto más, mejor), fludificantes (fruta, verdura, cebolla) y caloríficos (jengibre, pimienta; por ejemplo).

Y es que la Naturaleza quiere que vayamos a su favor, no en su contra.

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