Estar atrapado

¿Quién de vosotros/as no está triste alguna vez? Por favor, que levante la mano.
¿Quién no se cabrea nunca?
¿Quién no experimenta alguna clase de resentimiento?
¿Quién no siente frustración o miedo?

No importa el camino que hayamos recorrido, ni cuáles hayan sido nuestras experiencias vitales. Incluso teniendo una actitud bastante positiva en la vida, incluso habiendo desarrollado un cierto grado de madurez, puede ocurrir que cualquiera de nosotros, en un momento dado, caiga en la trampa, en la trampa del ego o del miedo. Somos humanos.

Personalmente, creo que experimentar esos sentimientos o emociones puede resultar, en determinados momentos, algo inevitable, algo capaz de desestabilizar al más templado, algo capaz de hacer que tropecemos y caigamos.

Asimismo, considero saludable el permitir que esa clase de emociones fluyan a través de nosotros, en vez de ahogarlas bajo la apariencia de que no pasa nada, de que todo está bien.

Soy consciente de que en algunos de los círculos alternativos en los que nos movemos vosotros y yo parece que esté mal visto manifestar esa clase de emociones o de sentimientos. Porque es como si uno hubiera fracasado, ante los demás, en ese propósito de ser una persona evolucionada o espiritual.

A mí, sin embargo, me parece mucho más espiritual el expresar lo que uno lleva dentro, aunque sea algo oscuro, que el reprimirlo. Vamos, de todas, todas.

El conflicto, y lo que puede terminar enfermándonos, entiendo yo, es quedarse atrapado en esos setimientos oscuros. Eso sí que es un verdadero problema: sentir cómo un sentimiento oscuro se apodera de ti, te domina y condiciona más y más tu vida. Y ver cómo pasa el tiempo y sigues ahí, atrapado, en un callejón sin salida.
Con toda certeza, algún día, los seres humanos alcanzaremos un grado muy elevado de madurez emocional y espiritual, el cual nos permitirá evitar sin esfuerzo la tristeza, el enfado, la ira, el miedo, el resentimiento o la frustración. Pero hasta que llegue ese día, si en el momento presente somos capaces de vivir estas emociones de forma transitoria y no permanente, sin dejar que nos enganchen, habremos dado un paso importante.

Un paso de gigante.

Comentarios