Cómo perder peso comiendo lo que te gusta

A lo largo de casi veinte años de experiencia profesional he tenido sobradas oportunidades de comprobar cuál es el trasfondo del sobrepeso (mucho más fácil de entender de lo que parece) y cómo en la sociedad actual existe un enorme negocio, muy lucrativo, que propone distintos remedios temporales para superarlo, pero no verdaderas soluciones.
Es como si yo fuera el dueño de una multinacional farmacéutica, no tuviera escrúpulos y mi planteamiento fuera algo así: ¿por qué inventar un fármaco que pueda curar a la gente si es más rentable inventar uno que alivie al paciente y haga que su enfermedad sea crónica? 

Pues bien, en torno al tema de la pérdida de peso sucede tres cuartos de lo mismo: es más rentable distraer a la gente con dietas milagrosas o con productos caros (que, supuestamente, te permiten perder peso sin hacer nada) que enseñar a las personas a alimentarse de una forma equilibrada y saludable.

Obviamente, si una persona aprende a alimentarse de forma equilibrada y saludable, se volverá autónoma, independiente, por lo que ya nunca más tendrá que hacer dietas, ni comprarse libros de recetas, ni malgastar dinero en productos caros. ¡Pero una persona así no es rentable para la gran industria!

Existen tres razones esenciales por las cuales algunas personas adquieren sobrepeso:
  1. ACTITUDES DAÑINAS. La principal razón, y la más importante, son las actitudes dañinas. Podríamos resumir diciendo que serían todas esas formas de actuar o de pensar que le sobran a la persona por cuanto que son contraproducentes (tóxicas). Actitudes, además, que constituyen una sobrecarga para el individuo y que van íntimamente ligadas al miedo.
  2. NO COMBINAR ADECUADAMENTE LOS ALIMENTOS. El hacerlo adecuadamente obedece a unas reglas muy concretas que se saben o no se saben, y el saberlas es imprescindible para evitar ciertas combinaciones que generan toxinas y, en última instancia, engordan.
  3. SEGUIR CIERTOS HÁBITOS INADECUADOS.
Ejemplos de todo esto:
  1. ACTITUDES. Por ejemplo: ser demasiado posesivo, controlador, impositivo o dependiente de los demás. O ser muy exigente con uno mismo. O llevar a cuestas una gran sensación de culpa, o un resentimiento del que uno no se libra con el paso del tiempo. O dejarse arrastrar por una experiencia del pasado que nos ha marcado y que nos condiciona mucho en el presente, limitando nuestras posibilidades (una ruptura sentimental, por ejemplo). O asumir ciertas responsabilidades que no nos corresponden, como hacerle la cama y limpiarle la habitación a un hijo que ya tiene edad para hacerlo por sí mismo.
  2. COMBINACIONES ALIMENTICIAS INADECUADAS. Por ejemplo: carne con patatas, o arroz con lentejas, o poner vinagre a las ensaladas, o tomar fruta como postre.
  3. HÁBITOS INADECUADOS. Como no masticar bien los alimentos, tumbarse horizontalmente tras una comida, comer sin hambre (sólo por ansiedad), beber líquidos distintos al agua en las comidas, meterse en la cama justo después de cenar, etc.
Por tanto, para perder peso de una forma saludable y equilibrada:
  • No hace falta pasar hambre ni pesar lo que vamos a comer.
  • No hay que hacer dietas.
  • Ni, necesariamente, privarse de lo que a uno le gusta.
  • No hace falta estar todo el día bebiendo agua para eliminar toxinas.
  • No hay que calcular calorías.
  • No hay que recurrir a alimentos que adelgazan ni a complementos dietéticos (como la lecitina).
Para perder peso de una forma natural, saludable y equilibrada hace falta:
  1. Corregir esas actitudes que condicionan de forma importante nuestras vidas, y que nos dañan a nosotros mismos o a quienes nos rodean.
  2. Combinar adecuadamente los alimentos.
  3. Modificar ciertos hábitos de vida.

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