Resiliencia

El pececillo de plástico que veis en la foto ha soportado la presión de mi mano sin inmutarse. Por más que le he apretado, con todas mis fuerzas y durante varios minutos, sólo he conseguido deformarlo momentáneamente. Luego, cuando la fuerza de mis dedos ha cesado, ha recuperado su forma original. La clave de todo ello radica en una palabra: flexibilidad; o, lo que es lo mismo: capacidad de adaptación y de recuperación. Es lo que le ha permitido tolerar el acontecimiento sin romperse.

Y lo mismo sucede con las personas: sobreviven las más flexibles, las que mejor se adaptan...

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