7 recomendaciones para alcalinizar tu sangre

En esto de seguir un estilo de vida natural, imagino que fomentado por el efecto difusor y magnificador de Internet, hay modas. Una de las últimas es la de alcalinizar la sangre, algo de lo que se ha hablado mucho últimamente. Sin embargo, alcalinizar la sangre no es una moda, es una cuestión muy seria. De hecho, el que el pH de nuestra sangre descienda por debajo de 7,35 supone la pérdida de un delicado equilibrio íntimamente relacionado con nuestra salud.

A continuación, os propongo 7 recomendaciones contrastadas por la experiencia para alcalinizar la sangre, recomendaciones que incluyen ciertos hábitos y alimentos:
  1. CULTIVAR SENTIMIENTOS AMOROSOS. Si pretendes alcalinizar tu sangre, de poco te servirá tomar zumo de limón con bicarbonato, zanahorias o jugo de cebada si vives anclado en el miedo, la ira, el resentimiento, la represión o la tristeza, porque todas estas emociones acidifican enormemente la sangre, y muy rápido.
  2. MASTICAR ADECUADAMENTE LA COMIDA. Porque si no lo haces, tu organismo se verá obligado a segregar jugos digestivos muy ácidos para deshacerla, lo que al final, después de ciertos procesos fisiológicos y metabólicos, incrementará la acidosis sanguínea.
  3. RESPETAR LA COMBINACIÓN DE LOS ALIMENTOS. El limón es muy alcalinizante, sí, pero si lo tomas solo. Si lo añades al pescado o al arroz, se vuelve acidificante, como la fruta o la calabaza cuando las tomas como postre. Por consiguiente, es imprescindible conocer bien cómo combinar adecuadamente los alimentos para evitar la formación de toxinas y la acidificación saguínea.
  4. COMER CON HAMBRE. Puede parecer algo simple y obvio, pero mucha gente va solapando sus digestiones a lo largo del día. También hay muchas personas que comen, no porque tengan el estómago vacío, sino porque tienen ansiedad, lo que también contribuye a acidificar la sangre. Hay un proverbio hindú que explica este fenómeno muy acertadamente: Todo alimento que comas sin hambre tenderá a convertirse en un veneno en tu cuerpo.
  5. EVITAR LOS COMESTIBLES. Arroz, pasta, pan y aceite refinados, azúcar blanco, bollería industrial, precocinados, comestibles adulterados, agua del grifo...
  6. MODERAR LA CANTIDAD DE ALIMENTOS ACIDIFICANTES. Como las carnes, pescados, embutidos, huevos, lácteos...
  7. INCREMENTAR LA CANTIDAD DE ALIMENTOS ALCALINIZANTES. Como la fruta (sobre todo, la ácida), las verduras crudas (ensalada), germinados, algas, mijo, quinoa, cebada, almendras, agua depurada o de mineralización débil y aire puro.

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