Plenitud

Con cierta frecuencia, sobre todo en mi trabajo, me encuentro con personas que experimentan episodios de ansiedad o de depresión, y al charlar con ellas, cuando he tenido la ocasión de profundizar en sus casos, he descubierto que en el día a día de una mayoría de ellas no hay, o los hay pero muy escasos, momentos de placer.

Todos conocemos la palabra Plenitud. Significa, literalmente, sentirse lleno, o pleno, que es lo mismo.

¿Y qué hace falta para sentirse lleno? Pues, fundamentalmente, hacer cosas que a uno le llenen. Así de simple. Y cuantas más cosas que nos llenen hagamos, tanto más plenos nos sentiremos.

Como os digo, si los días pasan y no hay en vuestra vida momentos de placer, ¿cómo no va a sentirse una persona ansiosa o deprimida? Es completamente lógico que una persona a la que le falta placer en su vida lo ansíe.

Puede ocurrir, cada vez menos, que en algún momento de mi vida yo experimente algún tipo de conflicto, o desencanto, o frustración, pero no hay un solo día de mi vida en el que no haya una buena cantidad de momentos de placer. Por consiguiente, la sensación que me acompaña casi todo el tiempo es de plenitud. Un concepto, por cierto, que se contrapone al de vacío (sentirse vacío o con carencias es lo opuesto a sentirse lleno o en plenitud).

Empezando por mi trabajo, que amo con toda mi alma y que me llena de satisfacciones, siguiendo por algunas de mis aficiones, como la escritura o la fotografía, o prepararme una comida deliciosa, quedarme unos minutos bajo una ducha caliente, dar un paseo en bicicleta, nadar en el mar, quedar con personas de cuya compañía disfruto enormemente, bailar, hacer reír a la gente que me rodea o tirarme en el sofá y disfrutar de una estupenda película... Mis días están llenos, a cada instante, de cosas que me llenan, y supongo que es por eso que esos momentos que pueda experimentar, cada vez más escasos, de malestar, frustración o desencanto quedan completamente eclipsados por los momentos de placer, de disfrute, de diversión o de entusiasmo. 

Ah, y por experiencia os digo que lo que más plenitud da en esta vida es ser uno mismo, es decir, actuar en cada momento conforme a lo que somos, de acuerdo con lo que sentimos y pensamos (congruencia), con los menos condicionamientos posibles. Siendo auténticos y genuinos en cada momento y en cada situación. Y es que si no somos nosotros mismos, si vivimos condicionados por los demás o intentando quedar bien con todo el mundo, al final nos sentiremos terriblemente frustrados con la vida, vacíos y con la sensación de haber perdido nuestro tiempo.

Por eso, si sufres de ansiedad o de depresión, o bien sientes que tu vida está vacía o con carencias, mi recomendación es que cada día más te entregues a lo que te haga sentir lleno/pleno: realizar actividades que le llenen, estar con personas que le llenen, visitar lugares que te llenen. LLENARTE DE TI MISMO.

Porque la PLENITUD, en definitiva, no es más que la suma de todos esos momentos, actividades y personas que nos llenan, empezando por nuestra propia esencia, que es puro amor y creatividad.

Comentarios