Decretos enfermizos

Según la RAE, una de las acepciones de la palabra enfermizo es: Capaz de ocasionar enfermedades, como algunos alimentos por su mala calidad, algunos lugares por su mala situación, etc.

Fijémonos en que muchas veces la gente habla de una situación, un acto o una relación enfermiza. Curioso, ¿no? ¿Por qué la gente, inconscientemente, atribuye a éstos la capacidad de ser potencialmente perjudiciales para la salud? Pues porque, efectivamente, lo son. Y esa información reside en el inconsciente colectivo. Del mismo modo que otras veces hay gente que dice: Fulanito me pone enfermo. Es que no lo soporto. 

Dicho esto, me gustaría hablaros, precisamente, de estos decretos o sentencias que tan a menudo se utilizan inconscientemente en el lenguaje coloquial y que, mal que nos pese, pueden llegar a enfermarnos. Sobre todo, si los repetimos a menudo y/o si van acompañados de una carga emocional (ira, rabia, resentimiento, rechazo, etc.).

Tengamos en cuenta que una gran parte de lo que sucede en nuestra vida, de lo que nos ocurre, a todos los niveles, procede del inconsciente. Y el inconsciente es un área de nuestra mente que va almacenando información sin procesarla. Simplemente, toma buena nota de todo lo que decimos y lo graba en nuestra memoria... al pie de la letra (ahí está el peligro). Luego, esa información condiciona en mayor o menor medida nuestros actos conscientes.

Así pues, existe una gran variedad de frases que pronunciamos a menudo y que pueden volverse en nuestra contra, por lo que conviene tomar conciencia sobre ellas para evitar decirlas a toda costa.

Ejemplos de estos decretos enfermizos serían (a la derecha os dejo con una alternativa más armónica):
  • Me pones enfermo (Me disgusta tu actitud).
  • Antonio me da dolor de cabeza (Dosifico el tiempo que hablo con Antonio para no saturarme).
  • Tu insistencia en este asunto me toca las narices (Prefiero que no insistamos sobre este asunto).
  • Lo siento pero no puedo tragar a tu amigo Pablo (No empatizo con Pablo).
  • Me revienta que siempre te dejes migas encima del banco de la cocina (Te agradecería que recogieras las migas del banco de la cocina).
  • Esto no lo veo claro (Aún no he tomado una decisión).
  • Me duele muy adentro que hayas traicionado mi confianza (Siento que hayas actuado así).
  • Hace un año que murió mi hermano y no termino de digerirlo (Acepto que mi hermano ya no está y sigo adelante con mi vida).
  • Esto que me acabas de decir me descoloca muchísimo (Me sorprende muchísimo esto que me acabas de decir).
  • Estoy muy quemado con mi jefe (Estoy enfadado con mi jefe).
Las palabras o expresiones que destaco en negrita son las que pueden desencadenar afecciones o patologías que tengan que ver con dolor, congestión, inflamación, problemas en la visión, problemas digestivos, dislocaciones o ardores, según el caso.

Y es que en la vida es muy importante lo que entra por nuestra boca, pero aún más lo que sale de ella...

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